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La etapa de los 40.
Hay momentos en nuestra vida en los que pasamos por varias etapas, sin saber que estamos en ellas, de muy pequeñitos solo esperamos a mama o a papa a que nos alimente y juegue con nosotros, si no lo hacen lloramos para que nos presten atención y estén con nosotros. Otra de ellas es cuando nos gusta meternos todo en la boca o que los niños quieren mas a la madre y las niñas al padre, pasando por el complejo de Edipo, el porque de todas las cosas, el príncipe destronado(cuando tenemos un hermanito) y así, llegando a la edad del pavo. Y lo que jamás se olvida, nuestro primer amor, hasta el momento en que nos hacemos adultos y empezamos a tener demasiadas responsabilidades y problemas con los que convivir. Después de todas estas y algunas otras mas, llegamos a los 40 y nos damos cuenta, que lo que hemos vivido quedo atrás en el pasado, empezamos a recordar con nuestros amigos y explicar a nuestros hijos a que jugábamos, veíamos y hacíamos cuando éramos pequeños.
¿Tanto tiempo ha pasado ya?
¿Somos tan mayores para pensar en todo esto?
¿O es el mundo en el que vivimos, el que con sus avances y nuevos adelantos nos hacen ser más viejos?
Pensamiento.
A veces recuerdo aquellos días en los que jugábamos en la calle sin miedo a que nos pasara algo, en los parques no habían casi columpios, bajábamos el balón, las cuerdas, las canicas o simplemente nos dedicábamos a jugar a pilla pilla o al escondite, que bien nos lo pasábamos. Hoy en la ciudad casi no salen a la calle y en la mayoría de parques no se puede jugar a la pelota. Gracias a nuestros recuerdos saben que es el juego de pica pared o la charranca. Los juegos de mesa se han convertido en vídeo consolas, la radio y los vinilos en Mp3 y Cds. La TV para los peques se acababa con la canción (vamos a la cama que hay que descansar para que mañana podamos madrugar), para los mas grandes finalizaba con el cierre de emisión y ahora no se sabe cuando acaba. Nos íbamos a pasear y casi todo era montaña veíamos diferentes clases de animales y podíamos escuchar sus cantos, ahora solo hay edificios y toda clase de animales que nos tocan el claxon. Cuanto ha cambiado todo, con pocas cosas éramos felices, ahora lo tenemos casi todo y aun así nos parece poco, nunca estamos conformes, queremos siempre más. Todo evoluciona cada día, cada segundo...
Hay momentos en nuestra vida en los que pasamos por varias etapas, sin saber que estamos en ellas, de muy pequeñitos solo esperamos a mama o a papa a que nos alimente y juegue con nosotros, si no lo hacen lloramos para que nos presten atención y estén con nosotros. Otra de ellas es cuando nos gusta meternos todo en la boca o que los niños quieren mas a la madre y las niñas al padre, pasando por el complejo de Edipo, el porque de todas las cosas, el príncipe destronado(cuando tenemos un hermanito) y así, llegando a la edad del pavo. Y lo que jamás se olvida, nuestro primer amor, hasta el momento en que nos hacemos adultos y empezamos a tener demasiadas responsabilidades y problemas con los que convivir. Después de todas estas y algunas otras mas, llegamos a los 40 y nos damos cuenta, que lo que hemos vivido quedo atrás en el pasado, empezamos a recordar con nuestros amigos y explicar a nuestros hijos a que jugábamos, veíamos y hacíamos cuando éramos pequeños.
¿Tanto tiempo ha pasado ya?
¿Somos tan mayores para pensar en todo esto?
¿O es el mundo en el que vivimos, el que con sus avances y nuevos adelantos nos hacen ser más viejos?
Pensamiento.
A veces recuerdo aquellos días en los que jugábamos en la calle sin miedo a que nos pasara algo, en los parques no habían casi columpios, bajábamos el balón, las cuerdas, las canicas o simplemente nos dedicábamos a jugar a pilla pilla o al escondite, que bien nos lo pasábamos. Hoy en la ciudad casi no salen a la calle y en la mayoría de parques no se puede jugar a la pelota. Gracias a nuestros recuerdos saben que es el juego de pica pared o la charranca. Los juegos de mesa se han convertido en vídeo consolas, la radio y los vinilos en Mp3 y Cds. La TV para los peques se acababa con la canción (vamos a la cama que hay que descansar para que mañana podamos madrugar), para los mas grandes finalizaba con el cierre de emisión y ahora no se sabe cuando acaba. Nos íbamos a pasear y casi todo era montaña veíamos diferentes clases de animales y podíamos escuchar sus cantos, ahora solo hay edificios y toda clase de animales que nos tocan el claxon. Cuanto ha cambiado todo, con pocas cosas éramos felices, ahora lo tenemos casi todo y aun así nos parece poco, nunca estamos conformes, queremos siempre más. Todo evoluciona cada día, cada segundo...
(A veces pienso y me da miedo ver a que velocidad crece todo, pisemos un poco el freno y disfrutemos de lo que tenemos, no hay tanta prisa en avanzar, no nos daremos cuenta y tendremos todo hecho y no habremos aprovechado nada)
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